El desorden y la informalidad se han apoderado de Vinicunca o la montaña de siete colores, ubicada entre las provincias de Canchis y Quispicanchi, en Cusco. Guías sin certificación que no saben lidiar con los problemas físicos que sufren los turistas por ascender hasta los 5,200 m.s.n.m., agencias que llevan más turistas de los que el sitio soporta sin preocuparse por informar bien de la ruta al viajero, y el enfrentamiento de las comunidades del lugar por ofrecer servicios como el alquiler de caballos, ponen a este destino en el ojo de la tormenta.
Por ello, el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), propuso de manera urgente elaborar un protocolo de visitas para regular el buen servicio, fijar responsabilidades y velar por un ingreso de los viajeros que no sea desmedido y que no deje desperdicios regados en el ecosistema de la zona, muy cercano al nevado Ausangate. Así lo informó Daniel Maravi Vega Centeno, director de Políticas de Desarrollo Turístico del Mincetur.
Este plan se ejecutaría hasta la aprobación del Plan de Uso Turístico Sostenible para la montaña Vinicunca, que tiene a cargo la Dirección Regional de Comercio Exterior de Turismo (Dircetur). Cabe señalar que la montaña es el segundo destino turístico más visitado del Cusco después de Machu Picchu. Recibe a más de 1,000 visitantes al día.
DATOS
-El Mincetur aplica planes de usos sostenibles en Huacachina, Ica y en el cañón de Cotahuasi (Arequipa).
-La caminata para acceder a la montaña de Siete Colores demora unas 4 horas.